Ir al contenido principal

Los tributos en serio

 

Víctor L. Rodríguez

Por Víctor L. Rodríguez

En el campo tributario hay ideas que son atractivas para lograr la aceptación de una propuesta o como argumentos para hacer valer las razones ideológicas de un modelo tributario, pero que carecen de aval en la realidad. Así se habla de las altas tasas de los impuestos como la única explicación de la evasión y también se habla de la reducción de las tasas y la ampliación de la base como único determinante para que los contribuyentes cumplan voluntaria y cabalmente con sus obligaciones tributarias, aumentando así las recaudaciones.

Los mismos propiciadores de tales ideas saben que sus profecías de bajas tasas y el aumento de las recaudaciones son de escasas probabilidades, pero como están acordes con sus intereses las promueven. Los impuestos dejados de pagar reduciendo las tasas de un tributo se pagarán con menos gastos social o con el aumento de otros impuestos.

La idea de que una reducción de la tasas llevará a una toma de conciencia a los contribuyentes frente a los impuestos y que todos pagarán voluntariamente aumentando las recaudaciones es una «Falacia Post Hoc». Esa situación no se da en la realidad. Generalizar un impuesto y gravar con una tasa común a todos los bienes que no estaban gravados es aumentar las tasas a los consumidores de esos bienes. Decir que se bajaran las tasas es falaz o una verdad a media cuando no es para todos y a muchos le van subir las tasas de 0 a 10 por ciento, si es la tasa que se pone ampliando la base al Impuesto a las Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS), más cuando se trata de bienes de consumo masivo.

Las ideas de tasas reducidas y bases amplias no son nuevas. El libro de Roland Sarti, “Fascismo y Burguesía Industrial”, publicado en inglés en el 1971, por la Universidad de California y en una edición española de Editorial Fontanella S. A., de 1973 muestra desde cuando vienen estas ideas. Alberto De Stefani., Ministro de Hacienda de Benito Mussolini, en el 1922, en sintonía con los negocios y asumiendo el laissez-faire como doctrina, plateó una reforma fiscal cuyo objetivo era el aumento del erario a través del recurso paradójico de bajar los impuestos y simplificar las leyes.

El incumplimiento de las obligaciones tributarias en el país más que por la estructura tributaria y las altas tasas es por la defraudación y la evasión, pues tenemos 24 años de experimentos cambiando tasas hacia abajo y hacia arriba y con el tiempo los impuestos no aportan los ingresos tributarios esperados. Hay mejoras cíclicas de los resultados tributarios, pero luego hay caídas relativas prolongadas, que no se explican sólo por el hecho de que las tasas sean altas, pues cuando el ITBIS tenía una tasa del 6 por ciento o del 8 por ciento la evasión era relativamente igual o mayor y la presión tributaria era la más baja del continente, junto con la presión tributaria de la República de Guatemala como sucede hoy.

La proliferación del fraude tributario regularmente se deriva de la incapacidad de la Administración Tributaria para el ejercer el control del incumplimiento tributario, porque con una tasa marginal máxima del 27 por ciento en el impuesto sobre la renta parece que el problema de los impuestos y las bajas recaudaciones no son las tasas, sino la incapacidad para recaudarlos y una baja percepción de riesgo por parte de los contribuyentes, que en los últimos años se ha enfatizado porque han sido bajas las posibilidades de ser atrapado por la Administración Tributaria y ser obligado a cumplir cabalmente.

Desde el años 2000 hacia acá en busca del dinero rápido y fácil se han dado tres amnistías fiscales prácticamente una cada cuatro años, sin hablar de las que se dieron en los años 90 por diferentes vías, administrativas y legales, lo que ha creado en los contribuyentes la racional expectativa de que cualquier fraude o evasión que hagan terminará resolviéndose con una amnistía en cada ciclo electoral, con grandes ganancias y costos mínimos para el defraudador tributario.

El sistema de sanciones que fue diseñado para inducir al cumplimiento sancionando las infracciones según las brechas de incumplimiento, con el cúmulo de las sanciones pecuniarias y creando una percepción de riesgo en los sujetos pasivos hoy no funciona, porque los tributos y las sanciones ha sido aplicadas por gentes que ignoran sus razones o porque cada administrador tributario para recaudar de forma fácil y con un elevado costo para el fisco termina eliminando intereses y recargos a discreción, violando la leyes tributaria y el principio de indisponibilidad de la obligación tributaria.

Para recaudar hemos utilizado los artilugios y parches ridiculizados por los Administradores Tributarios de otras latitudes, como sorteos de lotería con las facturas de los contribuyentes y amnistías fiscales sin ningún resultado o con resultados inmediatos pírricos y con costos para lograrlo que han deteriorado la disposición de los contribuyentes al cumplimiento. Esos artilugios según los tributaritas Milka Casanegra de Jantscher y Richard Bird no resuelven los problemas fundamentales de la Administración Tributaria.

También nos hemos creído que la mejor Administración Tributaria es la que todos los meses dice el monto de sus recaudaciones, los autores citados dicen al respecto: «La mejor Administración Tributaria no es necesariamente la que recauda los mayores ingresos. Puede revestir idéntica importancia cómo se incrementa la recaudación: el efecto del esfuerzo por generar ingresos sobre la equidad, los avatares políticos de los gobiernos y sobre el nivel de bienestar económico. Una administración de baja calidad puede recaudar fuertes sumas de los sectores fácilmente gravables, como los asalariados, siendo incapaz de exigir un adecuado cumplimiento tributario a las empresas y los profesionales. El nivel de recaudaciones es, por tanto, una medida bastante burda de la efectividad de la administración tributaria.».

Hablar de los tributos en serio requiere tener una visión amplia sin anclarse en modelo preconcebido y en prácticas de tierras lejanas con idiosincrasias diferentes a las nuestras y decir la verdad, nada más que toda la verdad.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Bienes exentos o no gravados por el ITBIS?

Los tributos como instrumentos de política económica se estructuran con cinco elementos, a saber: la actividad de contenido económico que se va a gravar, el sujeto, la materia imponible. Estos son elementos cualitativos. Hay otros elementos que son como la alícuota o tasa y la base imponible. Todos estos elementos se definen en la ley tributaria cuya calidad, desde el punto de vista económico, es instrumental. No se puede hacer una ley sin definir la materia imponible y menos un impuesto al consumo. Lo saben los abogados más que los economistas que hay bienes corporales muebles e inmuebles. Si en una ley usted sólo la palabra bienes hará que las transferencias de bienes muebles e inmuebles queden gravadas. En el caso del ITBIS, que quieren llamar IVA, quedarían gravadas las transferencias de inmuebles que se producen por actos entre vivos y las que suceden por causa de muerte. En ambos casos están gravadas con un impuesto del 3% y en los casos que son por actos entre vivos quedan grava...

El retiro de la reforma tributaria

  La resistencia a los impuestos es una de las características de los países latinos y el nuestro no es una excepción. No importa que reforma se presente habrá objeciones. El camino no era retirar el proyecto, sino asumir la primera posición del presidente: discutirlo. Después de que se organizaran unas vistas públicas marcadas con eslogan políticos e irrespeto a las autoridades electas. Situación observada con beneplácito por parte de los que propiciaron desde ahí los virulentos ataques al gobierno, que estaban colocados en el centro de los asientos del salón de la Asamblea y en cámara detrás de los expositores, con gestos inequívocos. Unas vistas que siendo abierta permitían a hablar y gritar a muchos vocingleros que tenía una posición política sobre la reforma tributaria, buena o mala. Los que estaban frente al edificio del Congreso fueron los que acudieron a unas vistas públicas que nunca debieron suceder. Lo que hizo fue exacerbar el rechazo a la reforma. En el gobierno hay po...

La insuficiencia de las recaudaciones tributaria no envuelve una sola causa.

Víctor L. Rodríguez Parece que la solución de todos los problemas del sistema tributario pasa por los incentivos o el gasto tributario. Se habla tanto del tema que parece que el día que se eliminen los incentivos o se reduzcan los gastos tributarios a su mínimas expresión todos los problemas del sistema tributario estarán resueltos. Lo más interesante del tema es que traerán expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y como si fuera ministro de Hacienda tal anuncio lo hace el gobernador del Banco Central. También se establece que las discusiones sobre los gastos tributarios o incentivos se desarrollaron o se desarrollan con la intervención del Director General de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), que se supone que en la formulación y aplicación de políticas es un subordinado de Hacienda no del Banco Central, y sus funciones sólo abordan una parte del tema, que no se relaciona con la formulación de la política tributaria, sino con la aplicación administra...